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Existen museos excepcionales. Por las colecciones, por la importancia histórica, por la arquitectura del edificio, por la manera de conseguir las piezas.

En algunos casos uno de estos elementos esta presente, a veces dos. Raramente mas.

Entre las excepciones destaco el Cloisters de Nueva York, el el que encontramos hasta siete claustros medievales reconstruidos y una cantidad impresionante de piezas medievales, de las cuales muchas provienen de Iglesias de España. Cada pieza viene acompañada de su proveniencia y de la manera  de conseguirla. En una gran mayoría se han comprado (uf!), pero lo curioso es que casi siempre ha sido a vendedores Franceses pocos años después de las guerras napoleónicas…

El museo Miho no esta en Kyoto. Esta al lado de Shigaraki, el pueblo curioso donde se compran los tanukis. El Museo esta construido en el monte y es una obra del famoso arquitecto Li Pei, quien conocemos en Francia por su Pirámide del Louvre. Esta vez, la obra intenta amoldarse en un paisaje excepcional. Y la verdad es que lo consiguió.

El museo contiene las obras compradas por la secta Shinji Shumeikai, fundada en 1970 por Mihoko Koyama, la viuda de un rico industrial del textil.

El tema es en gran parte la ruta de la seda, con piezas antiguas y bellisimas de China, Iran, Afganistan y el resto de Asia central.

Pero esta vez, las explicaciones sobre las proveniencias son confusas. Y una breve búsqueda en el Internet parece indicar que es mejor no preguntar…

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Paraguas a disposición de los visitantes

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Campos de té. Los mástiles sostienen ventiladores

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El túnel para llegar al museo

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Se compra el billete y hay que andar

Vista desde el museo

Vista desde el museo

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Shigaraki. Esta vez no se compro un tanuki