Pablo de la Higuera
Venteaba del Norte, pero quedo
y tan leve sobre el mar que se dijera
un espejo temblando en la ribera
de pátinas y verdes del pinedo.
…galag…galag-galag… El tibio enredo
del pálpito olear contra la quilla
acunaba una dorna, y en la orilla
la hierba breve onduló un remedo.
Había un silencio fresco de pradera
que …lag… galag-galag… acompañaba
la inenarrable nana capicúa,
y al ventral de la barca remecida
el acariciamiento proseguía
y el tiempo parecía que no era.
Pablo de la Higuera. Son las mismas estrellas

Photo Luis de la Higuera
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